Cualquier establecimiento educacional del país debe establecer y afianzar las bases de la convivencia escolar en el respeto, la confianza y la aceptación, para que cualquier integrante de la comunidad educativa pueda desarrollarse personal y socialmente en un clima óptimo y seguro.

Sin embargo, las cifras dadas a conocer por la Superintendencia de Educación, que dan cuenta que las denuncias por convivencia escolar aumentaron en un 27% en tres años, del 2019 al 2022, sumado a los hechos de violencia registrados tras el retorno a las salas de clases en medio de una pandemia y los acontecimientos sucedidos este 2023, hace plantear las siguientes preguntas: ¿Cuál es el rol los Protocolos de Actuación? ¿Por qué son tan necesarios?

La Ley 20.536 de Violencia Escolar, promulgada y publicada en el Diario Oficial el año 2011, estipula que todo recinto educacional que cuente con Reconocimiento Oficial, debe  tener, aparte de un Reglamento Interno, los Protocolos de Actuación, cuyos lineamientos fijarán los pasos a seguir ante algún hecho de violencia o de vulneración.

“Cuando se suscitan hechos de conflictos en las comunidades escolares, ya sea por violencia, vulneración, detección de drogas, entre otros, es trascendental que el recinto tenga sus protocolos de actuación, porque van a permitir aplicar y abordar bien el caso, cumpliendo con la normativa y a la vez abordando el tema de manera integral”, explica Germán Guajardo, CEO de ConvivenciApp.

Asimismo, este instrumento define, entre otras cosas, las acciones de resguardo de los estudiantes afectados y derivaciones a instituciones vinculadas a la protección de los niños, niñas y adolescentes; los procedimientos para que el establecimiento ponga en conocimiento a los Tribunales de Familia; las medidas formativas, pedagógicas y/o de apoyo psicosocial, que deberán ser aplicadas conforme a la gravedad del caso, entre otras.